viernes, 30 de julio de 2021

Actualización

 

Sucede cada tanto que cuando vamos a apagar la computadora nos pregunta si queremos actualizar antes de cerrarse. En unos minutos se ponen al día todos los programas instalados en ella. Las células de nuestro cuerpo se actualizan de manera constante. Algunos órganos, como el hígado, se reinician durante el sueño.

Muchas personas no se actualizan. Ingresan a un trabajo y sueñan jubilarse allí. Pasan 30 años o más aprendiendo todos los días nuevas cosas que ellos solo conocen. La empresa cierra, como cerró hace unos días una en la que trabajé durante siete años exactos y los vendedores encontraron trabajo en otra de manera inmediata, mientras que el personal de depósito, los administrativos, los que cumplen funciones de maestranza, no. Pasan a un estado de limbo, porque después de la pandemia pocas cosas existen y es en las redes donde las vemos y ellos en las redes no están.

Nunca actualizaron su currículum, nunca tomaron un curso de algo nuevo. Son náufragos a la deriva. No pasaron por otras entrevistas laborales, no tuvieron esa comunicación permanente que tienen los vendedores con sus clientes y con el mundo que los rodea.

Cuando dirigí una fuerza de ventas de un distribuidor mayorista en el 2000 ningún vendedor tenía correo electrónico. No esperé a que abrieran uno. Les abrí uno yo a cada vendedor y aún hoy algunos la conservan como su cuenta. Y les dije que era lo que se venía, que se pusieran al día, que se familiarizaran con el botón Responder, Reenviar, Con copia, etc. Y los bombardee con correos, publicaciones, chistes. Después llegó para quedarse la obligación de pasar los pedidos por sistema y enviarlos por correo. Ya estaban actualizados.

Hoy dirijo promotores y la idea no cambió. Aprendieron a usar un documento compartido en un Drive, a subir fotos, a buscar en las redes, a mejorar su comunicación en correos y reportes.

Cada jefe de área tiene la obligación de mejorar el nivel de sus dirigidos y actualizarlos de manera constante.