lunes, 10 de abril de 2023

Los grandes maestros

Siempre sostuve que en la vida vamos encontrando a grandes maestros, gente que nos deja un poderoso aprendizaje y que nos marca para siempre.

Siempre sostuve también que para crecer no hay que quedarse solo con la teoría y la práctica de la disciplina elegida. Para enriquecer nuestro vocabulario, nuestro conocimiento y nuestra gimnasia de pensar hay que buscar en fuentes alejadas de nuestro ámbito.

Hace poco un amigo me contó una historia de sus épocas de estudiante. Le pedí que me la pasara por correo porque allí encontraba un ejemplo claro de lo que significa un buen maestro para mí.

Contamos en nuestro mundo con gente tan avanzada que muchos años atrás estaba veinte pasos adelante del resto.

 

Afines de la década del sesenta el profesorado técnico funcionaba en Av. San Juan 250. Existían los profesorados en ciencias (Matemáticas, Física y Química) y decidieron abrir los de Tecnología y Dibujo Técnico .

                Estos últimos tenían una exigencia: solo los podían realizar los técnicos egresados de esa misma especialidad y nadie más. El plan de estudios estaba en sus dos primeros años, concentrado en las asignaturas llamadas comúnmente “humanísticas”, las que en su paso por la escuela técnica los cursantes no habían tenido.

En 1969 se abrieron dos secciones: en una se agrupaban los egresados de las especialidades Automotores y Mecánica, las que concentraban la mayoría de los cursantes.

Y en la restante sección estábamos “amontonados” los químicos, los maestros mayores de obras y los electrotécnicos.

La profesora Juana Bagnatti, Licenciada en Letras de la UBA, era la titular de Elocución I (Elocución escrita)  y nos hacía leer a Borges y al grupo de los técnicos mecánicos y de automotores además, fuera del horario de clases, concurrían con ella al teatro.

José San Martín