sábado, 4 de abril de 2009

Lo que piden en los avisos clasificados

Muchos de los avisos que se publican hoy en dìa para puestos gerenciales o de mandos medios, piden dentro de los requisitos, aptitudes para el liderazgo, motivaciòn, trabajo en equipo.
Nadie que se reciba en alguna de las carreras terciarias es capacitado para liderar, formado para dirigir, estimulado para crear un ambiente de trabajo armònico entre quienes le ha tocado guiar.
La formaciòn acadèmica le permite insertarse en el campo laboral con las herramientas propias del conocimiento que adquiriò en los años de estudio pero carece de aquellas que significan colocarse frente a un grupo y hablarle claramente para transmitirle sus ideas y su concepto sobre las tareas a realizar.
Ingenieros, mèdicos, contadores, profesores, se enfrentan diariamente a dificultades de gestiòn, con grupos de personas que han perdido estìmulos escenciales que le permitan desarrollarse, crecer, mejorar, perfeccionarse.
El Mundo de hoy y sus vertiginosos cambios ofrece màs amenazas que seguridades. En la atmòsfera creada por la globalizaciòn, las grandes corporaciones resultan tan fràgiles como volàtiles y sus estructuras no tienen garantìas de estabilidad para quienes las integran desde los puestos de direcciòn hasta los operativos.
Ante esta realidad, si los àmbitos de trabajo no son de contenciòn, cada grupo termina sintièndose a la deriva, dependientes de la suerte, la estabilidad de los mercados y las variables financieras de los centros econòmicos.
Los viejos jefes deben pensar en nuevas, jòvenes y creativas maneras de dirigir a sus equipos, a hacerlos sòlidos en una idea en comùn, a unirlos para fortificarlos y a aislarlos del amenazante mundo exterior.
Los lìderes deben pensar en dos frentes: el de la polìtica de la Compañìa y el que rige a su equipo de trabajo. Èse es su desafìo y su gran esfuerzo hoy.
De nada sirven los grandes entrenamientos y actualizaciones sobre las nuevas herramientas de gestiòn sino agregan a su agenda personal un golpe audaz en el timòn para modificar tambièn su estilo de direcciòn.
Si queremos cambios en los mecanismos de trabajo que se han generado naturalmente en los equipos que lideramos, si queremos que el ambiente sea otro y no el que vemos todos los dìas, los cambios empiezan por nosotros. Los lìderes son los primeros en aceptar que para transmitir con autoridad una variante en la forma de trabajo, èl debe ser el primero en ponerla en pràctica.

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