domingo, 18 de julio de 2010

No son colegas míos



Cuando uno elige una profesión o un oficio, elige también un respeto y un estilo profesional para representarse a sí mismo y al trabajo de sus colegas. De allí que ciertos inescrupulosos abogados hayan contribuído como disparadores de fabulosos chistes relacionados con el arte de la estafa legal o la manipulación de las leyes y su interpretación en función de salvar a un indefendible.
Si uno es médico y para quitar una verruga de la frente de un paciente, le deja una marca en la piel que espanta al enfermo cada vez que se mira al espejo a la mañana y provoca desconcierto en todo aquel que lo mira por primera vez dudando si con ese tajo la persona tiene capacidad de raciocinio, ése médico, con su mala praxis, salpica a todos sus colegas y ése pobre paciente que ahora tiene un 7 de espadas por sobre la línea de las cejas, cada vez que tiene que visitar a un médico entra en pánico.
Cuando uno trata con nuevos dirigidos, de alguna manera percibe que tipo de jefe lo antecedieron.
Y hay muchos que manejan grupos de personal sin estar en condiciones, igual que un ebrio conduciendo un vehículo en la vía pública.
La diferencia entre jefe y líder es notoria, pero jefe es la manera más común de presentarnos ante la sociedad cuando nos preguntan qué hacemos: soy jefe de contaduría, soy jefe de expedición, soy jefe del Depto de Atención al Cliente, soy...
Muchos responsables de dirigir personal se presentan solos, con su estilo, antes de sentarnos a hablar con ellos y por lo que he notado en el último tiempo donde se incrementó mi equipo, debo diferenciarme de ellos para no confundir a la gente que busca empleo.


No son mis colegas:

  • Los que citan a 100 personas para entrevistar al mismo horario.

Es inevitable que quien aspira al puesto se mida visualmente con los otros, observe y compare consigo mismo su manera de vestir, quiera intuir su preparación, se mida, pase por un estado de stress en la larga espera totalmente innecesario.

  • Los que no respetan el horario agendado para la entrevista.

Porque cada uno es dueño de su tiempo y no lo ofrece en consignación para alguien a quien todavía no conoce. Foto inicial de jefatura que entiende como "elasticidad" un concepto que solo se ciñe a su figura. La gente que se preparó emocionalmente para sortear esta difícil mesa examinadora, no tiene porqué esperar más de lo razonable: 7 minutos.

  • Los que solicitan fotos de cuerpo entero a las mujeres candidatas al puesto.

Y no son Fellini haciendo un casting para "La dolce vita". La entrevista ya cumple con las condiciones de exposición que tiene un casting de actores. Si buscan una promotora atractiva para una actividad en un punto de venta, hay agencias que se dedican a eso.

  • Los que creen que un título califica u otorga otra categoría social.

Nada es más poderoso que la voluntad de aprendizaje que tenga una persona, no lo que estudió. Muchos profesionales terminan una carrera para no tocar jamás un libro, lo que los deja fuera de actualización y del mercado. Estudiar en un colegio privado y bilingüe no te hace mejor persona.

  • Los que no proyectan en la iniciativa del entrevistado porque no leen su espíritu.

Muchas personas dejan empleos por falta de incentivo, inercia, desorganización. Qué hizo es una foto del pasado. Es más importante indagar qué quiere hacer con nosotros. Si crees que la entrevista se basa en la lectura del CV (cosa que tendrías que haber hecho antes) es mejor que otro tenga esa función.

  • Los que especulan con la necesidad de empleo de la gente

Cualquiera que trabaje sabe lo que significa un salario y qué se puede hacer con él. Si el presupuesto para el puesto es bajo, no le digamos que está ingresando a la NASA. No agreguemos condiciones solapadas especulando que necesita ese ingreso.

  • Los que no tienen el deseo de tomar a todos los entrevistados (son 20 y el puesto uno solo)

Porque no tienen conciencia de su responsabilidad social como generadores de empleo, entonces cumplen con el trámite de encontrar a la persona que buscaban a las diez de la mañana y no se interesan por los que van a entrevistar después.

  • Los que no sufren por la duda de equivocarse en la elección

Porque no tienen idea de haber perdido a la persona correcta para el puesto por escasos segundos. Entrevistar es un trabajo arduo, que exige estar bien atentos, como el cirujano con su bisturí (obviar el ejemplo detallado mas arriba, porque en ese caso el médico tampoco es colega)

  • Los que hacen comentarios con sus compañeros riéndose de los entrevistados

Una falta de respeto que no merece análisis.

¿Tenés que tomar gente? Que la suerte esté de tu lado.

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