lunes, 22 de noviembre de 2010

Boomerang

(Colaboración para el Club de la Efectividad)

Hablé con un integrante del equipo de ventas y cuando le comenté lo motivador que resultaba encontrarse en un día con muchas emociones por logros que tienen que ver con la intención y la actitud que uno pone en el trabajo, me dijo: esto es un boomerang. Vos recibís la energía que irradiás sobre la gente con la misma intensidad con que la arrojaste o cediste.

La frase me pareció estupenda, magnífica, digna de quien la enunciaba, un motivador nato.

Cuando caminaba por la calle al encuentro de mi mujer, se me ocurrió llamar al hermano de un amigo, que hacía pocos días sufrieron la muerte de su padre.

En un viaje a Neuquén, yo escribí en el micro un réquiem, un compilado de imágenes surgidas en un almuerzo y charla con mi amigo. No imaginé que iba a mostrar ese correo al núcleo familiar. Justo cuando llamé, acababa de leerlo y apenas podía hablar por la emoción. Alcanzó a decir entrecortado: "me pone feliz que mi hermano tenga un amigo como vos". Boomerang nuevamente en pocas horas.

Es así.

El tiempo y la energía puesta en quienes nos rodean nos vuelve mansamente para retroalimentarnos.

En ese principio se basa la cosecha. Sembrar, regar, cuidar, abonar para luego cosechar.

Lejos están las intenciones de esperar el regreso del boomerang. Siempre vuelve, tarde o temprano.

No intento acercarme a los conceptos budistas, adhiero a muchos de ellos, aunque no practique ninguna religión, ni crea en poner la otra mejilla cuando nos abofetean sin misericordia, ni sonreír cuando nos están orinando el sombrero desde un balcón.

Hablo de la condición de faro del ser humano, que guía a otro humano en momentos de niebla y tormenta, que le ayuda a tener un punto de referencia y que el solo hecho de observar como se aleja del banco de corales donde encallaría, se siente satisfecho, sin esperar nada a cambio.

En mi equipo de trabajo reina la camaradería y de alguna forma, podría considerarse éste a un club de boomerang, un intercambio desinteresado de energías, una gimnasia de brazos que se alzan para ofrecerse como faros.

Alguien hace poco, me regaló un par de boomerangs de formas distintas y pintados a mano.

Todavía no salí a probarlos a ningún lugar abierto.

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