viernes, 26 de noviembre de 2010

Si existiera el decálogo

Artículo publicado en la Revista Pelikan Informa


El jefe de Marketing se me acercó y me dijo: “Tenemos que fomentar el trabajo en equipo, así que el artículo para el Pelikan Informa, escribilo vos por mí. Gracias”. No hay nada como la camaradería entre compañeros.


Es deber de todo jefe propiciar los espacios y generar una unión real y verdadera entre los integrantes del equipo que comanda. No es una tarea sencilla, porque la gente no tiene la cultura de la actividad en conjunto y porque en un trabajo en masa, no se destacan los que siempre quieren sobresalir por sobre el resto por su naturaleza narcisista.

El grado de incidencia en el resultado que tiene trabajar en equipo o no, está ligado directamente con la actividad. En un equipo de alpinistas, donde la cuerda y el sostén de uno es un efecto en cadena sobre los otros, es fundamental. En los remeros, la buena sincronización, ritmo y esfuerzo parejo, es clave para el triunfo.

En la medición del trecho recorrido por los jugadores de Holanda y España en la última final de la copa del Mundo dio una diferencia de unos pocos metros entre los que más corrieron. Un equipo se encuentra desbalanceado si entre sus integrantes hay quienes recorren 80 metros en el campo, con los que corren 10. Ciertas dinámicas del fútbol actual terminan privilegiando el sacrificio colectivo por sobre las destrezas individuales. Una prueba de ello es el triunfo del Inter (un equipo de sacrificados) de José Mourinho, contra uno repletos de virtuosos y con el mejor jugador del mundo incluído (Messi) como el Barcelona.

Pero como en todo, hay ingredientes que un entrenador como buen cocinero debe saber sazonar para obtener la armonía. Debe dirigir pensando en contar con los que lideran positivamente, los que estimulan a la participación, al diálogo, al compromiso y tener a mano el decálogo de componentes con los que tiene contar que en su mochila cada integrante de su plantel.

  • Entiende el concepto quien sabe que de su trabajo y su puntualidad dependen otros. Un ejemplo cercano: si confecciono un recibo con una letra que solo yo entiendo, cuando el que carga esa operación se encuentra con ese comprobante tarda mas en descifrarlo que en tipearlo. Si controlo un stock sin compromiso, la auditoría va a obligar a un tercer conteo porque primero y segundo no coinciden.
  • Si llego tarde a una reunión en la que participan varios compañeros, provoco una distracción innecesaria y obligo al resto a ponerme al tanto sobre lo que no escuché.
  • Si reenvío un mail para que otros hagan una tarea y entiendo que con ello, ya está cumplida mi función, lo único que hago clickeando Send, es desligarme del asunto. Eso si, me quedo con la copia por si alguien me pregunta.
  • Cuando termina una exposición o cualquier trabajo con participación de varios, si todos colaboramos en su desarme nos vamos todos mas temprano a casa. Si solo queda un pequeño grupo, éste es el que se va a última hora mientras el resto ya descansa. Equipo somos todos, incluidos en el los jefes.
  • Si un compañero tiene un problema, yo también lo tengo sino colaboro en la solución. La vida es una rueda y tarde o temprano me va a tocar a mí tener que sortear uno y posiblemente no haya nadie a mi alrededor para ayudarme.
  • Si cometo un error, lo digo, no lo disimulo ni lo escondo. Tarde o temprano se ve la montaña de tierra debajo de la alfombra. Valoro al que dice me equivoqué tanto o más que a quien pide disculpas.
  • Evito que una tarea me sea reclamada cuando de mi respuesta depende alguien más. Cabe y se acepta la posibilidad del olvido, es imperdonable el desdén.
  • Si me dan libertad la valoro. No tiene precio ganarse la confianza de mi jefe para que me maneje libremente. Si en cambio, me aprovecho de ella mientras no se de cuenta, cuando lo perciba, habré perdido todo lo que coseché.
  • Cocinar pan tiene un proceso con etapas bien marcadas. La omisión de alguna de ellas, afecta al resultado final. En un equipo también.
  • Todos somos uno y uno somos todos. La mala imagen que puedo proyectar afecta también a mis compañeros y siembra la desconfianza sobre la integridad moral como grupo.
  • Doy todo lo que puedo dar y un poco más para que otros no tengan que aportar por mí.

Cada maestrito con su librito. Y aunque a todos no les quede bien la misma ropa, uniformidad es una palabra clave para integrarse fácilmente. Siempre hay excepciones, pero si estas son más numerosas que la regla común, entramos en zona de privilegios y eso afecta a cualquier grupo humano. Es importante decir que uno quiere trabajar en equipo, pero más importante que decirlo es hacerlo para que discurso y realidad sean lo mismo.

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